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Vivímos una época en la cual se dice que somos los padres quienes obedecemos a nuestros hijos y no víceversa. Sin embargo, los hijos necesitan ser orientados, guiados y corregidos, además necesitan, ante todo, que los padres ejerzamos autoridad con amor, sabiduría y firmeza, para asegurar su bienestar y desarrollo integral.
¿Cómo hacerlo? si está comprobado que los temas de mayor discusión entre padres e hijos no son sobre estudios, política o dinero, sino sobre los tan famosos y recurrentes permisos. Lo primero es tomar en cuenta que estos no son un medio de prohibición, sino uno para potenciar la libertad de los hijos y deben orientarse en desarrollar la autonomía, el autocontrol y la responsabilidad.
Aprende a dar permisos a tus hijos
Es por ello que no se trata de dar o no permisos por el hecho de ejercer autoridad, sino para ayudarlos a crecer y convertirse en adultos maduros.
Criterios
Capacidad: que la acción que se le permita al hijo pueda realizarse de manera libre y adecuada, y él sea capaz de asumir las consecuencias.
Seguridad y crecimiento personal: que no se ponga en riesgo su bienestar físico, intelectual, emocional, psicológico o moral, ni el de los demás.
Respeto: que la acción no atente de manera directa o indirecta contra sí mismo o contra los demás.
Convivencia: aquello que se le permita no afecte la armonía familiar, social y laboral, entre otros.
¿Cómo deben ser los permisos?
Personalizados. De acuerdo con la edad de tu hijo, a su personalidad, circunstancias y a su capacidad de responder de manera autónoma. Si lo hace adecuadamente, los permisos se darán.
Paulatinos y progresivos. Ir poco a poco y comenzar por los que pueda responder con mayor facilidad, ayudándole así a ejercitar su responsabilidad y libertad.
Piensa en su futuro. Considera las implicaciones que pueda tener después.
Realista. Equilibrar la confianza en tu hijo y sus verdaderas capacidades. Se sugiere conocer a los amigos y sus familias para entender mejor su realidad.
Educativos. Deben fomentar la autonomía, así como la responsabilidad y el auto control.
Firmes y flexibles. Firme con las normas que prohíben una acción negativa y flexible en las que no representan un daño.
Deliberados. Deben ser fruto de la reflexión y del análisis de los padres. Recuerda el sabio consejo: “elige tus batallas, no discutas por todo”.
Frente en común. Los padres deben preestablecer, juntos, las reglas que los hijos deben respetar.
Claros. Trasmitir a los hijos con claridad lo que se espera de ellos y qué ocurriría si no lo cumplieran.
Coherencia y consistencia. Actuar canforme a lo que se exige. Cuando se niega un permiso hay que cumplirlo ya que la incoherencia devalúa la autoridad y afecta el desarrollo moral del hijo.
¿Y tu como decides si o no darle permiso a tus hijos?
Imagen: stealsanddealsforkids.com