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Si no quieres pasar el resto del año tratando de reparar los daños sufridos durante el verano en tu cabello, sigue estas recomendaciones.
- Máxima protección: Media hora antes de ir a la playa o a la piscina, aplica sobre el pelo un protector capilar con filtro solar. Los hay para todo tipo de cabellos (seco, graso, coloreados, etc.) y en diversas texturas: sérums, aceites, geles, etc.
- Renueva la aplicación después de cada chapuzón -salvo si el producto es “waterproof”- o cada dos horas. En la montaña, extrema la protección porque la radiación solar aumenta un 20% por cada 1.000 m de altitud.
- El cabello húmedo, más débil: Cada vez que salgas del agua, enjuágate el pelo bajo la ducha, elimina la humedad con una toalla y procura peinarlo con un cepillo o peine de púas anchas y separadas.
- Hasta que no esté completamente seco, evita cubrirlo con sombreros o pañuelos, así como hacerte recogidos tirantes.